ARTÍCULOS
La trampa de la liberación femenina
Distintas corrientes de pensamiento como la de Ideología de Género, suponen que existen ciertos factores que someten a la mujer para poderse realizar como personas. Uno de estos factores es la maternidad, que supuestamente privan a las féminas de poder ser exitosas en la vida. Es más que nos evitan el poder de lograr nuestros objetivos.
Los hijos, según este tipo de mentalidad, son un estorbo, así como también el varón es un enemigo a vencer y quien nos obstaculiza para poder trascender. Sin embargo, dichas corrientes no dejan de ser solamente ideas basadas en particularidades, que distan muchos de ser verdades basadas en la realidad. Ejemplo de ello, nos revela en distintos estudios psiquiátricos, que aquellas mujeres que son solteras, divorciadas, viudas o que no tienen hijos, tienen un índice mayor de suicidarse.
Moloch y el aborto
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Reflexión de Navidad
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"Yo soy"... la Vida
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Desenmascarar el Mal
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En busca de la imaginación saludable
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Una guerra contra la mujer
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¿Quien es Baby Joseph?... y a mí qué?
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Orar, escuchar y actuar
Jose Ramón Flecha
Domingo 9º del Tiempo Ordinario, 6 de marzo de 2011
Es claro que a lo largo de su vida Jesús invita a sus seguidores a orar. En consecuencia, el buen discípulo ha de procurar aprender a orar. Pero no de cualquier forma. Sabe que ha de orar siempre, con atención, confianza y perseverancia. Seguramente es una tarea que ha de llevarle toda una vida.
Hay otra nota en los evangelios que no se puede olvidar. Todos somos demasiado palabreros. En la oración corremos el peligro de buscar fórmulas complicadas y preciosistas. Nos complacemos en ellas. Sin embargo, más que hablar, hemos de aprender a “escuchar” las palabras de Jesús.
Todavía hay que subrayar un paso más en este camino de la oración. El discípulo ha de orar también con coherencia. No basta con dirigirse a Dios constantemente en la plegaria. Hay que demostrar con las obras que la oración es sincera. El compromiso diario es la prueba de la veracidad de la oración.
LA PRUDENCIA Y LA NECEDAD
El evangelio de este domingo noveno del tiempo ordinario (Mt 7, 21-27) explica esta dimensión práctica de la oración con una parábola tan sencilla como inquietante. En realidad es una contraposición de dos estilos de vida.
• El hombre prudente edifica su casa sobre roca. Así es el que escucha la palabra de Jesús y la pone en práctica. Es decir, orienta su vida y su actuación según la palabra que ha escuchado. Ese creyente es firme y no será arrastrado por los ataques de los demás ni por las dudas que brotan de su propio interior.
• El hombre necio edifica su casa sobre arena. No se dice que este creyente se guíe solamente por sus propias opiniones. No. Tal vez conoce y escucha también él la palabra de Jesús, pero no se deja orientar por ella en su vida práctica. Ese creyente es débil y sucumbe ante las burlas de los demás y ante sus propias tentaciones.
Hay que observar que, tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento, la prudencia equivale con frecuencia a la virtud, mientras que la necedad es otro nombre para el pecado. Sin duda recordamos a las jóvenes prudentes y las necias que fueron invitadas a una boda con sus lámparas de aceite (Mt 25, 1-13).
LA INIQUIDAD Y EL AMOR
Ya sabemos que no basta con orar: hay que actuar en la práctica. Pero tres grupos de discípulos nos descubren la vanidad de algunas actuaciones, a pesar de estar realizadas “en el nombre del Señor”:
• “Señor ¿no hemos profetizado en tu nombre?” Leer la historia a la luz de la fe está bien. Está bien anunciar el mensaje del Señor. ¿Qué falta?
• “¿No hemos echado demonios en tu nombre?” Está bien tratar de desenmascarar lo diabólico –es decir, lo que nos separa- para unirnos en lo simbólico. ¿Qué falta?
• “¿No hemos hecho milagros en tu nombre?” Está bien promover la justicia y crear estructuras de atención a los humildes y marginados. ¿Qué falta?
A los tres grupos les dice Jesús: “Nunca os he conocido. Alejaos de mí los que obráis la iniquidad” (Mt 7,23). Esta última palabra parece ser la clave de lo que falta. En otra ocasión dice Jesús: “Al crecer la iniquidad se enfriará el amor en la mayoría” (Mt 24,12). En el himno a la caridad, San Pablo dirá que, sin el amor, las mejores obras son tan efímeras como el eco de una campana (1 Cor 13, 1-7).
- Señor Jesús, tú nos invitas a revisar nuestra vida y nuestras obras e instituciones a la luz de tu palabra. Que sobre ella edifiquemos con prudencia nuestra existencia y nuestros proyectos, de forma que sean un testimonio de amor. Amén.
Las personas que odian la Navidad
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El peor de los dolores: abortar
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La esperanza de la Navidad
Eso significa la Navidad: Esperanza de un nuevo comenzar, de otra oportunidad, de más vida.... más Vida. Por ese sagrado Niño que nació un día en Belén es posible esa Vida para todos los que la quieran... especialmente para los más grandes pecadores, para los que dio Su vida en la Cruz. Que esta Navidad les tengamos presentes en nuestras oraciones para que puedan recibir también la Gracia que el Niño Dios nos vino a traer. Es el mejor regalo de Navidad que Le podemos hacer.... unido a la acción y al compromiso por defender la vida, claro.
Decálogo de la Vida
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Irene Villa sobre la vida y la familia
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Y los hombres amaron más las timieblas...
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Las armas de Dios
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La Batalla de Jericó
Por el P. Thomas Euteneuer
Presidente de Vida Humana Internacional
.... Se cuenta que cuando los arqueólogos descubrieron las antiguas murallas de Jericó, al sur de Israel, descubrieron los huesos de pequeños bebés en vasijas que habían sido colocadas en las murallas de la ciudad. Los bebés habían sido sacrificados ritualmente. En otras palabras, la institución del sacrificio de niños estaba en auge detrás de esas altas murallas de Jericó, y aunque probablemente estaba ocultada a los ojos del mundo, estaba claramente a la vista para los ojos de Dios. Era un pecado que gritaba a Dios para que se hiciera justicia, y Dios que oye el grito de los pobres decidió poner fin a ese pecado. Leer más...
Reflexionemos, por favor
El mundo del revés: ¡Matar es un derecho!
Por monseñor José Ignacio Munilla
obispo de Palencia
PALENCIA, sábado, 3 de octubre de 2009 (ZENIT.org).- .... Con la claridad y la transparencia que le caracterizaban, decía la Madre Teresa de Calcuta: "El más grande destructor de la paz es el aborto porque, si una madre puede matar a su propio hijo, ¿qué nos queda a nosotros, matarte a ti y tú matarme a mí? ¡No nos queda más que eso!". Sus palabras han resultado proféticas, habida cuenta de que el incremento del número de abortos en España, ha ido en paralelo al aumento de los índices de criminalidad, como es el caso de la violencia doméstica.... Leer más...
El “sacramento” del aborto
Por el Padre Thomas Euteneuer
Presidente de Human Life International
La descripción normativa católica de un verdadero sacramento es que es “una señal eficaz instituída por Cristo para dar gracia.” La “señal” es aquello que el sacramento intenta conceder: el bautismo – limpieza del pecado, la eucaristía – unión con Cristo, la penintencia – el perdón de los pecados, y así continúa. La “eficacia” significa que realmente produce el efecto de lo que significa, y que “da gracia”, operando como un conducto de la vida divina en las almas. Un sacramento católico en sí es sagrado, por lo que no necesita que una person sea santa para poder administrarla; y en base a la santidad innata del sacramento, los hijos de la Iglesia son santificados, y a su vez santifican el mundo en que vivimos.
El “sacramento” demoníaco del aborto tiene las mismas características que un sacramento verdadero, excepto que, en su efecto, retrocede todo concepto de santidad y pervierte su significado. Esto es porque el demonio siempre imita el plan de Dios para comunicarnos Su Vida y hace todo lo posible para alejarnos de esa Vida. En este caso, el aborto es una “señal” de muerte; es “eficaz” en que ocasiona la muerte a través de la destrucción corporal; y destruye la “gracia” en que cada acto de aborto es un pecado mortal que seduce y corrompe aquellos que toman parte en él.
Más aún, los aborteros, brujas y satanistas ponen su “fe” en “el sacramento del aborto.” No tienen que aceptar esto porque yo lo diga. En una entrevista realizada en 1999 publicada en LifeSite, http://www.lifesitenews.com , un boletín electrónico de noticias sobre la defensa de la vida y la familia, la señora Patricia Baird-Windle, una abortera retirada que se identifica como una bruja, dijo lo siguiente: “El aborto es una gran bendición, y un sacramento en las manos de las mujeres…. el trabajo del sacramento del aborto es que gira alrededor del hecho de que algunas mujeres se lo practican porque aman al bebé, o porque aman a los niños que ya tienen y se les hace difícil alimentarlos.” Rara vez me sorprendo de lo que dicen los aborteros defensores del aborto, pero esta lógica perversa me deja sin palabras. Sin embargo, no me sorprende. La señora Baird-Windle alega que es reponsable de la muerte por aborto de 65,000 bebés en las tres clínicas de aborto de las que era dueña.
Todavía hay más. Una “sacerdotisa” episcopal, la señora Carter Hayward, dijo: “El aborto sería un sacramento si las mujeres estuviesen a cargo. El aborto sería un sacramento hoy día. Yo sospecho que para muchas mujeres, y para sus cónyuges, amantes, familias y comunidades, el aborto es causa de celebración, es una ocasión de significado profundo y serio.” No necesito decir más.
Nunca debemos pensar que el aborto es solamente un fenómeno social o politico. Debemos hacer todo lo posible por restaurar la protección legal de la vida a nuestras más inocentes víctimas, pero sin olvidar que nuestra batalla contra el demonio no se ganará a nivel electoral. La batalla se ganará con las rodillas dobladas ante el Señor. También se ganará con nuestros pies parados frente a las clínicas de aborto. Ahora, más que nunca, necesitamos hombres y mujeres de santidad probada, que estén dispuestos a luchar en una batalla espiritual para salvar las vidas de los bebés preciosos de Dios, al igual que las almas de sus padres y sus madres. Hasta los aborteros como Baird-Windle, que forman parte de una religión demoníaca, pueden ser confrontados y derrotados por aquellos de nosotros que pertenecemos a la Iglesia verdadera de Cristo, que constituye la única fuerza espiritual capaz de destruir el “sacramento” del aborto.
Nota: Esta es una traducción del artículo The sacrament of abortion por el Padre Thomas Euteneuer, Presidente de Human Life International http://www.hli.org – publicado en su boletín electrónico semanal Spirit and Life, volumen 1, edición número 79, viernes 10 de agosto del 2007. Si usted desea aprender cuán corrupta es la institución radical feminista respecto a su “sacramento”, puede leer el libro “Abortion is a Blessing” (El aborto es una bendición), publicado en 1975. Se puede encontrar en la página cibernética del Freedom from Religion Foundation (Fundación Libres de la Religión) http://ffrf.org/books/AIAB/)
La Maldición del aborto
Pilar Gutiérrez
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Algo nuevo está pasando
JESÚS HIGUERAS - ABC Domingo, 18-10-09
Todo para el pueblo, pero sin el pueblo». Esta es la definición clásica del despotismo ilustrado, un modo muy particular de gobernar que se dio en la Europa del siglo XVIII por parte de algunos reyes absolutistas. Parece que la historia se repite y ayer en Madrid, una multitud de gente sencilla, sin siglas políticas ni ideologías concretas, salieron a la calle para pedir honestidad a los gobernantes, pues no se puede en pleno siglo XXI acallar la voz de la gente que defiende la vida como el don más precioso que podamos tener. Leer más...
Tus ojos veían mi embrión
Nota sobre la traducción del versículo 16 del Salmo 139
Ignacio Núñez de Castro S.J.
Publicado en PROYECCIÓN , nº 225, Año LIII, 2007, pp-113-125.
Presentación
Los estudios actuales de Embriología nos conducen a afirmar que desde la fecundación nos encontramos ante un embrión humano con un nuevo genoma, fundamento de su corporeidad; genoma que establece una dinámica interna de desarrollo epigenético desde el cigoto al adulto. El estudio del estatuto ontológico de este embrión humano nos lleva a la afirmación de que nos encontramos ante un nuevo organismo que es un individuo de la especie humana, Homo sapiens, ser humano en toda su actual plenitud, aunque potencialmente de acuerdo con su desarrollo irá pasando por las diferentes fases de cigoto, embrión temprano, blastocisto, feto infante, niño, adolescente y adulto. El embrión es, pues, actualmente un ser humano, y potencialmente un adulto, sin que haya solución de continuidad en el proceso de su desarrollo epigenético. La definición de este individuo de la especie humana en su fase embrionaria como persona, queda condicionada por la amplitud del campo semántico del término persona, puesto que dependerá de la visión filosófica o jurídica que demos al término persona; sin embargo, aunque digamos que su personalidad se irá perfilando a lo largo de la existencia de este individuo, sí podemos establecer que desde la fecundación tiene personeidad utilizando las categorías zubirianas al respecto.
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I. Núñez de Castro, “Análisis antropológico del Proyecto Genoma Humano”, en Genes y máquinas. Aspectos éticos y sociales de las Biotecnologías y las tecnologías de la información, Universidad de Málaga, Thema, Málaga, 2006, pp. 229-276.
I. Núñez de Castro, “Notas sobre el estatuto ontológico del embrión”, en Bioética: la cuestión de la dignidad”, L. Feito, Editor, Universidad Pontificia Comillas, Madrid, 2004, pp. 197-202.
Natalia López Moratalla y María J. Iraburu Elizalde, Los quince primeros días de una vida humana , EUNSA, Ediciones Universidad de Navarra, Pamplona, 2004.
Angelo Serra , L'uomo-embrione. Il grande misconosciuto, Edizioni Cantagalli, Siena, 2003.
“Personalidad es así un modo de ser, es la figura de lo que la realidad humana va haciendo de sí misma a lo largo de la vida....Constituye no un punto de partida, sino un término progresivo de su desarrollo vital. La personalidad se va haciendo o deshaciendo, e incluso rehaciendo.…Pero la persona es cosa distinta. El oligofrénico es persona; el concebido antes de nacer es persona…En este sentido, la palabra persona no significa personalidad. Significa un carácter de sus estructuras, y como tal es un punto de partida…A este carácter estructural de la persona lo denomino personeidad , a diferencia de la personalidad . Xavier Zubiri, Sobre el hombre , Alianza Editorial Sociedad de Estudios y Publicaciones, Madrid, 1986, p.113.